El establecimiento de la plaza del Obispo se ha convertido en uno de los lugares elegidos por los funcionarios del Ayuntamiento para protestar contra los recortes
28/11/12. Sociedad. En Málaga hay pocos bares en el centro de la ciudad con licencia para programar actividades musicales debido al ruido y a las molestias que causan a los vecinos. Pero según han informado a EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com, hay un único establecimiento con permiso expreso del Ayuntamiento de Málaga para organizar conciertos al aire libre en su terraza, el bar Cheers en la plaza del Obispo, que es del concejal de Cultura, Damián Caneda.
HAGAN memoria, ¿qué otro bar en Málaga, aparte del Cheers, organiza conciertos en su terraza? De esta prebenda, señalan fuentes de dentro y fuera del Consistorio a EL OBSERVADOR, sólo se beneficia el bar Cheers de plaza del Obispo. Un dato que no ha sido rebatido por la concejala de Comercio y Vía Pública, Esther Molina, consultada ayer al respecto. Por otro lado, en la web del establecimiento se hace gala de esta cuestión: “podréis disfrutar de los conciertos en directo en nuestra terraza”. Y es verdad. Ha sido habitual ver a un artista con un display a su espalda a modo de escenario, tocar por las tardes noches el repertorio habitual de estos locales.
ESTE establecimiento es de Damián Caneda, pero lo gestiona su hijo, cada vez más implicado en los negocios de la noche malagueña. No obstante, el político tiene poder sobre el Cheers a través de la empresa matriz Inversiones Empresariales Malagueñas.
LA distinción tiene miga si nos atenemos a que uno de los campos de batalla de los vecinos del centro de la ciudad es el ruido que se genera en los bares. Desde que a mediados de los noventa interviniera la Unión Europea declarando zonas saturadas de ruido algunas calles de la ciudad, el Ayuntamiento de Málaga no concede licencias para programar espectáculos musicales a los nuevos locales de copas. Ni dentro ni fuera del recinto. Y se han sucedido las denuncias de unos establecimientos a otros por incumplir esta medida. Lo cual ha derivado en un debate sobre cómo conjugar la promoción de grupos musicales y el derecho al descanso de los residentes, del que vecinos y artistas salen perdiendo.
OTROS ganan. La privilegiada distinción de la que goza el Cheers no ha pasado por alto entre los funcionarios del Ayuntamiento de Málaga. Desde hace unas semanas, un grupo de policías ha decidido realizar sus protestas contra los recortes a base de entrenamientos por las principales vías de la ciudad. La visibilidad fosforescente de las camisetas amarillas con la que van ataviados tiene uno de sus puntos de encuentro habitual a las puertas de este establecimiento. Ya se han producido roces entre los funcionarios que hacen al ritmo de las consignas que corean y los administradores del Cheers. Sea con músicos o funcionarios, parece que el espectáculo a las puertas de la catedral está garantizado.
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