El proyecto, en pruebas, tiene al frente al catedrático de Zoología del departamento de Biología Animal, Mario Vargas, junto a la empresa Torsa Renovables. IMÁGENES

radar105/05/10. Sociedad. La Universidad de Málaga (UMA) ha desarrollado un sistema automático de detección de aves en los aerogeneradores de los parques eólicos para evitar que colisionen con sus aspas, que también sirve para realizar estudios de impacto ambiental sobre la ubicación...

El proyecto, en pruebas, tiene al frente al catedrático de Zoología del departamento de Biología Animal, Mario Vargas, junto a la empresa Torsa Renovables. IMÁGENES

radar105/05/10. Sociedad. La Universidad de Málaga (UMA) ha desarrollado un sistema automático de detección de aves en los aerogeneradores de los parques eólicos para evitar que colisionen con sus aspas, que también sirve para realizar estudios de impacto ambiental sobre la ubicación más idónea para estas explotaciones. El proyecto está dirigido por el catedrático del departamento de Biología Animal, Mario Vargas, junto a la empresa Torsa Renovables. Esta noticia forma parte de la nueva sección de EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com dedicada a la investigación, el desarrollo y la innovación, que se hace en colaboración con la Universidad de Málaga.

“HAY molinos de viento que son como los puntos negros de las carreteras”, asegura Vargas, quien considera que este dispositivo servirá para reducir los costes ambientales que tiene una energía considerada ‘limpia’ como la eólica. De momento, el sistema se encuentra en fase de pruebas en un parque eólico que Torsa Renovables posee en la localidad gaditana de Los Barrios, cuya orografía abrupta y gran población de aves lo hacen idóneo para los ensayos y la optimización de resultados.

EL sistema consiste en un dispositivo compuesto por dos radares, uno horizontal y otro mario_vargasvertical, que localiza a las aves próximas a los molinos de viento, predice la posibilidad de que se produzca una colisión y, en caso de que ésta sea inminente, ordena al aerogenerador que se detenga. No obstante, para optimizar los recursos y evitar que se produzca la parada del aparato en primera instancia, previamente se activa un mecanismo disuasorio basado en ultrasonidos que tratará de ahuyentar al animal. Para que éste no se acostumbre y responda alejándose de las aspas, los sonidos sólo se escucharán cuando el pájaro entre en un determinado radio de acción del molino de viento.  

ESTE proyecto surgió hace ya varios años, después de que la empresa Torsa Renovables se pusiera en contacto con la Universidad de Málaga en busca de un sistema capaz de detectar aves y mamíferos voladores, desde buitres hasta murciélagos, y que impidiera las colisiones. Tras diferentes pruebas para localizar el mecanismo que ofreciera las mejores garantías, los expertos de la UMA se decantaron por el radar. Según explica el investigador Mario Vargas a EL OBSERVADOR, la mayor dificultad reside en “enseñar” a este dispositivo a discriminar entre los distintos objetos voladores para que identifique sólo a las aves, ya que puede activarse “tanto con un saltamontes, como con un globo, un avión o un pájaro”. Para ello, introducen parámetros como la velocidad, el peso o la trayectoria del cuerpo que se encuentre en el aire.

DE momento, la mayor parte de los ensayos se han efectuado con buitres, el ave con mayor presencia en el parque eólico de Los Barrios donde se desarrollan las pruebas. “El objetivo es radarque cuando el buitre entre en el campo de acción del radar, éste prediga la posibilidad de colisión y decida parar el aerogenerador en un tiempo que es siempre menor de lo que tardaría el proceso si se hace manualmente con la observación humana, llamada a la central, etc.”, detalla Vargas. Respecto a la elección de esta especie para el desarrollo de los ensayos, este experto recuerda que es un “animal grande, que tiene especial propensión a acercarse a los generadores porque resulta un tanto torpón y demasiado confiado, de forma que no percibe el peligro como sí le ocurre a otras especies como por ejemplo otras rapaces”. No obstante, la información que se introduce en el radar puede variar para adaptarse a la avifauna de cada zona geográfica.  

UN solo radar puede controlar todos los molinos de una explotación que estén en su radio de acción. Eso significa que en una superficie llana puede abarcar entre tres y cinco kilómetros, superficie que queda limitada si la orografía del terreno es abrupta, con pendientes o sombras, donde podrían ser necesarios dos aparatos.

EL proyecto, en el que trabajan mano a mano varios profesores de la Universidad de Málaga, así como un ingeniero, una ambientalista y una bióloga de Torsa Renovables, podría estar terminado en dos años, tras la fase experimental actual. “Entonces tendremos los resultados más fiables, tras ver cómo se comportan los radares en momentos clave futuros, como la migración de aves”, adelanta Vargas.

PERO evitar que las aves colisionen contra los molinos de viento de los campos eólicos no será la única aplicación de este novedoso sistema, que también permitirá recopilar datos y elaborar estudios de impacto ambiental que sirvan para ubicar cada aerogenerador en el mejor emplazamiento posible. Así, ofrecerá datos sobre por dónde pasan las aves, a qué velocidad, altura y época del año, parámetros que podrán minimizar los riesgos de colisión y rentabilizar la inversión de las empresas. radar3

“ES complicado mover un molino de viento una vez que está colocado ya que tiene un coste enorme para las empresas y quizás la mudanza pueda ser peor. Los parques deben estar en sitios de viento, y los sitios de viento, siempre son zonas conflictivas para las aves. Tener la herramienta para conocer de antemano el lugar exacto en el que colocar los molinos es lo que se puede hacer con este sistema”, asegura el catedrático del departamento de Biología Animal de la UMA.

LA comercialización de este sistema podría iniciarse en sólo dos años y la fabricación de sus componentes, según indica el profesor Vargas, se efectuaría desde el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA) con sede en Málaga. De entrada, este dispositivo puede resultar menos costoso y más efectivo que la modalidad de vigilancia personal empleada actualmente.

ESTE trabajo desarrollado por el equipo de investigación de la Universidad de Málaga es el único con radar que se acomete actualmente en España. En otros lugares se está trabajando en la misma línea, pero con cámaras, mecanismo que “no convence” a los expertos malagueños porque “se le escapan objetivos, aguanta peor las inclemencias del tiempo y tiene el problema de la visibilidad”.

VEA aquí una GALERÍA DE IMÁGENES con algunas fotografías del radar.

PUEDE consultar aquí la anterior noticia del espacio I+D+i UMA:
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