Dtor. del Departamento de Economía Aplicada (Estructura Económica) de la UMA

Por Bienvenido Ortega
Dtor. del Departamento de Economía
Aplicada (Estructura Económica) de la UMA
02/02/11. Opinión. El director del Departamento de
Economía Aplicada (Estructura Económica) de la Universidad de Málaga
(UMA), Bienvenido Ortega, se pregunta en este artículo de qué manera afecta el
desajuste educativo de los trabajadores a la productividad del trabajo en los
hoteles de Andalucía, asegurando, entre otras afirmaciones, que “existen oportunidades
para los establecimientos hoteleros de elevar significativamente la
productividad de los servicios que prestan desarrollando habilidades múltiples
en los empleados mediante el diseño de carreras profesionales y la potenciación
de la formación en los puestos de trabajo con objeto de eliminar las posibles
situaciones de infraeducación percibidas por los trabajadores.” Ortega es autor de un amplio
estudio sobre gestión hotelera que ocupa este mes la sección
de EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com dedicada a la
investigación, el desarrollo y la innovación, que se hace en colaboración con
la universidad malagueña.
Capital humano, desajuste educativo y productividad del trabajo: un
estudio para la industria hotelera
UNO de los cambios más importantes que ha experimentado la economía española en los últimos 20 años ha sido el intenso y rápido aumento de los niveles educativos de los trabajadores y el consecuente cambio en la composición de la oferta de trabajo. En el caso de la hostelería en Andalucía, estimaciones realizadas con datos de la EPA indican que en 1987 los trabajadores ocupados en este sector poseían como media 5,5 años de estudio. En 2007, esta cifra ha aumentado un 62%, elevándose hasta el nivel de 8,9 años de estudio. Este aumento de los niveles educativos de la población ocupada ha sido el resultado de la expansión de la educación media y universitaria y, especialmente, del aumento de la demanda de educación por parte de las mujeres. Así pues, cabe pensar que el aumento del promedio de años de estudio de los trabajadores ocupados en la hostelería ha podido beneficiar productivamente a las empresas haciéndolas más competitivas. Ahora bien, la incorporación a las plantillas de trabajadores con mayores niveles educativos también ha podido originar desajustes en el caso de que los trabajadores hayan ocupado puestos de trabajo que requieren un contenido de cualificaciones distinto al que poseen.
SEGÚN la Teoría del Capital Humano,
la educación, la experiencia y la formación en el puesto de trabajo permiten al
individuo desarrollar sus habilidades y conocimientos haciéndole más
productivo, pero siempre que pueda utilizar plenamente la formación y las
habilidades que posee en el puesto de trabajo que ocupa. En este sentido, los
resultados de la investigación disponibles muestran que el desajuste educativo
del trabajador (que los trabajadores posean un nivel de estudios distinto al
que consideran adecuado para el puesto de trabajo que ocupan) puede tener
consecuencias productivas en las empresas. Por un
lado, la productividad del trabajador puede estar limitada si éste percibe que
la formación que posee es inferior a la que requiere el puesto, incluso si el
individuo posee la motivación suficiente para desarrollar las tareas propias
del puesto que ocupa. Por otro, si el trabajador percibe que está sobreeducado
en el puesto, esta situación puede afectar a su grado de satisfacción laboral y
a los niveles de absentismo laboral; puede, además, disminuir su salud laboral,
la productividad y esfuerzo que desarrolla en su empleo. Así pues, la evidencia
disponible muestra que el “exceso” de formación del trabajador en el puesto
puede suponer un deterioro de las condiciones laborales del trabajador con
consecuencias productivas para la empresa.
TENIENDO en cuenta que el factor trabajo está presente en la hostelería en casi todos los esfuerzos por ampliar el servicio, el análisis de los determinantes que afectan a la eficiencia en la utilización de este factor es un punto clave en el estudio de la gestión de los establecimientos hoteleros. Así pues, el principal objetivo de esta investigación ha consistido en contrastar empíricamente la hipótesis que establece que los trabajadores que poseen un nivel educativo distinto al que consideran adecuado al puesto que ocupan son menos productivos que aquellos que se consideran adecuadamente educados. Además, dado que el desajuste educativo puede producirse por exceso (sobreeducación) o defecto (infraeducación), se ha contrastado si los efectos sobre la productividad de ambos tipos de desajuste son los mismos.
HASTA ahora, la inexistencia de datos individuales vinculados de empresas y trabajadores ha supuesto un obstáculo para medir la magnitud y las consecuencias económicas del desajuste educativo en la hostelería. No obstante, como resultado del proyecto de investigación (1FD97-0858) Déficit de cualificaciones, productividad y salarios en el sector turístico andaluz, dirigido desde 1997 por el profesor Andrés J. Marchante, coautor de este artículo, se dispone de una base de datos sobre las características personales y del puesto de trabajo de una muestra de 2.543 trabajadores pertenecientes a 153 hoteles, con más de 7 trabajadores, establecidos en Andalucía.
ESTA
base de datos ha permitido comprobar que tan sólo el 52,3% de los trabajadores
en la muestra se consideran adecuadamente educados, esto es, no presentan
desajuste educativo, mientras que el 30,6% de los encuestados se considera
infraeducado y el restante 17,1% sobreeducado. Ha podido comprobarse también
que, como media, la submuestra de trabajadores sobreeducados es más joven (32,4
años frente a 36,4 años en el caso de los trabajadores que no presentan desajuste),
tiene como media menos años de antigüedad en la empresa (6,4 frente a 8,8 años)
y muestra una mayor participación de mujeres. El colectivo de trabajadores
infraeducados muestra en cambio, como media, mayor edad (39,4 años), mayor
antigüedad en la empresa (11,5 años) y la participación de las mujeres en el
mismo es menos frecuente que en el caso de los hombres.
POR su parte, en el caso de los establecimientos hoteleros, las estimaciones realizadas en este trabajo indican que las características de los hoteles que ejercen una mayor influencia en los niveles de productividad del trabajo son las siguientes:
· La antigüedad del hotel. Los establecimientos con una edad inferior a 12 años tienen un nivel medio de productividad inferior entre un 26%-29% respecto a aquellos establecimientos de iguales características pero con mayor experiencia en el mercado.
· El nivel de servicio. Los establecimientos que tienen un nivel de servicio correspondiente a una categoría inferior a 3 estrellas muestran un nivel de productividad inferior entre un 39%-45% respecto a los que tienen 3 o más estrellas. Sin embargo, es importante tener en cuenta que este efecto no se ha detectado en los establecimientos con más de 3 estrellas, lo cual puede estar relacionado con el hecho de que el número de trabajadores por cliente tiende a crecer conforme aumenta la categoría del establecimiento, particularmente en el caso de los hoteles de máxima categoría.
· La integración en una cadena de hoteles. El hecho de que el establecimiento esté integrado en una cadena tiene un impacto positivo sobre su nivel de productividad, que se estima entre el 17%-20% sobre el nivel medio correspondiente a un hotel de iguales características pero no integrado en una cadena. Este resultado refleja la tendencia en el sector hotelero hacia una mayor concentración/coordinación de las actividades en la medida que los grandes grupos hoteleros disfrutan de ventajas competitivas que no están al alcance de los pequeños hoteles independientes.
· Finalmente, a igualdad del resto de determinantes, son más productivos los establecimientos que subcontratan algún servicio o actividad. Estos establecimientos muestran, como media, un nivel de productividad entre un 15%-17% superior respecto a los que no realizan estas actividades.
SE ha comentado anteriormente que el capital humano poseído por los
trabajadores en la plantilla puede afectar a los niveles de productividad de
los establecimientos. En este sentido, los resultados de este estudio indican
que aquellos establecimientos cuya plantilla tiene una antigüedad en la empresa
superior a 10 años muestran un nivel de productividad entre un 16%-20% superior
respecto a los establecimientos de iguales características pero cuya plantilla
posee una antigüedad en la empresa de 10 años o menos. Resulta relevante
también el resultado que se obtiene con relación a las variables que miden la
importancia y naturaleza del desajuste educativo en los establecimientos. Las
estimaciones indican que, a igualdad del resto de factores, un aumento de 10
puntos porcentuales en la proporción de trabajadores que se consideran
infraeducados en el puesto que ocupan, conduce a una reducción media entre un
5,7%-5,9% en el nivel de productividad del trabajo del establecimiento. Sin
embargo, el aumento de la proporción de trabajadores sobreeducados, aunque
tiene un impacto también negativo sobre la productividad de los hoteles, no es
estadísticamente significativo.
EN consecuencia, el principal resultado obtenido en este análisis es que, además de los factores relacionados con las características del establecimiento hotelero y de su gestión, las variables relacionadas con la dotación de capital humano que aportan los trabajadores a los puestos que ocupan son relevantes para explicar las diferencias en productividad de los establecimientos hoteleros. En este sentido puede afirmarse que el stock de capital humano de los trabajadores repercute positivamente en la productividad. Sin embargo, es la experiencia laboral en la empresa el componente del capital humano que tiene un impacto más significativo sobre la productividad del establecimiento. Además, las estimaciones muestran que los establecimientos en los que es relativamente mayor el número de trabajadores que se consideran infraeducados, presentan, como media, un menor nivel de productividad aparente del trabajo que aquellos en los que no existe desajuste educativo.
EN definitiva, este estudio pone de manifiesto que la competitividad de los hoteles está directamente relacionada con la eficacia de la gestión de los recursos humanos y la posibilidad de desarrollar mercados internos de trabajo en las empresas. Existen oportunidades para los establecimientos hoteleros de elevar significativamente la productividad de los servicios que prestan desarrollando habilidades múltiples en los empleados mediante el diseño de carreras profesionales y la potenciación de la formación en los puestos de trabajo con objeto de eliminar las posibles situaciones de infraeducación percibidas por los trabajadores. Estas estrategias son especialmente importantes en el caso de los establecimientos hoteleros más grandes e integrados.
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