MUJERES. 06/03/12. José Ángel Lozoya Gómez. “Indigna
que se opongan al aborto las mismas personas que se oponen a la educación
sexual, al control de la natalidad, a los servicios sociales y las que exigen a
las mujeres anteponer el cuidado de sus hijos o familiares dependientes a su
desarrollo personal en lugar de exigir a sus parejas corresponsabilidad en lo
doméstico”. José Ángel Lozoya, miembro del Foro y de la Red de Hombres por la
Igualdad,
destaca en esta colaboración con Mujeres / EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com, la importancia
histórica que supuso para la igualdad de género la legalización del aborto como
derecho de la mujer y el peligro que corre esta libertad personal con el actual
gobierno del Partido Popular.
El
aborto en el túnel del tiempo
A finales de 1978, en Valencia, una
amiga me contó que pertenecía a un grupo que hacía abortos clandestinos para
luchar por su legalización y me pidió prestado el piso para hacer los que
tenían concertados para esa tarde. Accedí porque no encontré ningún motivo para
negarme, sin imaginar que ese acto de solidaridad me iba a cambiar la vida.
ESA
tarde conocí a un grupo de mujeres valencianas, andaluzas y gallegas, asustadas
y dispuestas a enfrentarse a lo desconocido con tal de interrumpir un embarazo
no deseado para retomar una vida que se había visto absolutamente alterada por
la noticia de su gestación.
LAS
chicas que practicaban los abortos, sorprendidas por mi habilidad para ayudar a
estar relajadas a las mujeres que esperaban turno para ser intervenidas, me
ofrecieron ver un aborto y me propusieron integrarme en su grupo, a lo que
accedí porque planteaban una batalla para ampliar las libertades en la que
valía la pena participar.
EN
el largo año que duró mi experiencia, interrumpida en Sevilla por la policía,
que acabó en juicio, condena e indulto, conocí a más de mil mujeres de todas
las edades, ideologías, nivel económico o cultural, y provincias españolas.
LA
mayoría confesaba estar en contra del aborto hasta que su embarazo venciera sus
resistencias, cada mujer tenía unos motivos para abortar, pero siempre eran lo
bastante poderosos como para que cada una de ellas estuviera dispuesta a
arriesgar su libertad y su vida. Podían ser condenadas con seis años de cárcel
y la imagen que tenían del aborto clandestino era realmente truculenta.
UNAS
abortaban porque no querían ser madres en ese momento y otras porque no
"podían" serlo. Estas últimas hubieran llevado a término sus
embarazos de contar con el respaldo necesario. Social o de sus parejas.
RECIÉN legalizada la anticoncepción su uso era aún minoritario, en casi todas
las familias había algún hijo del doctor Ogino y la manida promesa masculina
del "confía en mí cariño que yo controlo" demostraba ser de una
fiabilidad muy limitada. La práctica totalidad de los embarazos eran el
resultado de eyaculaciones irresponsables en relaciones sexuales físicamente
satisfactorias para los hombres y solo ocasionalmente para las mujeres, que no
obstante siempre cargaban con las consecuencias. Esta constatación nos llevo a
defender la difusión y uso de la anticoncepción y promover una educación sexual
igualitaria que cuestionase el modelo sexual dominante.
UNA
educación sexual que me llevo a cuestionar la pobreza de la sexualidad
masculina, que oscila entre el placer y el dar la talla, y esta a cuestionar
los modelos masculinos tradicionales, es decir el machismo y sus
manifestaciones.
A
principios de los años 80, en una reunión de clínicas de abortos estimábamos en
unos cien mil el número de los que se practicaban en España (la Fiscalía
hablaba de 300.000) una cantidad que ha ido saliendo a la luz con la legalidad
y creciendo al ritmo de la población. La legalización disipó las tinieblas de
la clandestinidad, el riesgo para la salud de las mujeres y la indefensión de
quienes los practican, pero no ha logrado un descenso significativo de los
mismos porque no se ha avanzado nada en la educación sexual.
HOY,
cuando parecía que las mujeres habían consolidado su derecho al voto, el acceso
a la educación, al mercado de trabajo y al control de la natalidad, la victoria
del PP nos recuerda que todas las conquistas son reversibles, y en el caso del
aborto nos obliga a desempolvar viejos argumentos: que la legalización no
recomienda ni obliga, que el derecho de los fecundadores a opinar no puede
prevalecer sobre el de las embarazadas, que si los hombres parieran el aborto sería
legal, que se cuestiona la capacidad de decisión de las mujeres porque se las
quiere mantener a ellas y a sus cuerpos bajo control, que si ellas son las que
pueden parir suyo es el derecho a decidir.
INDIGNA que se opongan al aborto las mismas personas que se oponen a la
educación sexual, al control de la natalidad, a los servicios sociales y las
que exigen a las mujeres anteponer el cuidado de sus hijos o familiares
dependientes a su desarrollo personal en lugar de exigir a sus parejas
corresponsabilidad en lo doméstico.
GALLARDÓN promete que ninguna mujer ira a la cárcel por abortar, lo mismo que decía el PSOE de principios de los 80, pero entonces eso significaba un avance y hoy es un serio retroceso.
- 07/02/12 Una Marea Violeta recorre España contra la ofensiva patriarcal de los gobiernos conservadores
- 07/02/12 Los hombres ante los recortes en las políticas de igualdad
- 07/02/12 Mujer, inmigrante y lesbiana
- 07/02/12 Yo no voy a las Olimpiadas
- 10/07/12 Las mujeres prostituidas son multadas con total alevosía en lugar de ser protegidas y consideradas potenciales víctimas de trata
- 10/01/12 Las trabajadoras del sexo como sujeto de derecho
- 10/01/12 Manifiesto de la Asociación de Hombres por la Igualdad de Género contra la trata de personas y la prostitución
- 10/01/12 VÍDEO. ‘Prepárame la cena’, el videoclip de Calle 13 que remueve conciencias en América Latina
- 07/12/11 Violación por confianza
- 07/12/11 Prevención educativa familiar del maltrato en parejas jóvenes
- 07/12/11 VÍDEO. Tienes un problema de sexismo
- 03/11/11 ‘S Moda’ o cómo el diario El País potencia los estereotipos de género
- 05/10/11 ¿Por qué hacer el suplemento ‘Mujeres’?
- 05/10/11 Yolanda Domínguez: cómo aprender a fingir orgasmos
- 05/10/11 El futuro de la mujer romaní en Europa
- 05/10/11 El crepúsculo de los dioses
- 05/10/11 La sexualidad, una cuestión de ensayo y error para valientes