"La gestión de la Gerencia es nefasta"
06/07/05
MÁLAGA. Hace
casi tres meses los trabajadores del Servicio de Licencia de la GMU, pidieron
por escrito una reunión al gerente, Istria, para
solucionar lo que consideran “una gran deficiencia en el funcionamiento interior
y una situación penosa y tercermundista”.
"La gestión de la Gerencia es nefasta"
06/07/05
MÁLAGA. Hace
casi tres meses los trabajadores del Servicio de Licencia de la Gerencia
Municipal de Urbanismo (GMU), perteneciente al Ayuntamiento, pidieron
por escrito una reunión al gerente, Andrés Gutiérrez Istria, para solucionar lo que consideran “una gran deficiencia en el funcionamiento interior
y una situación penosa y tercermundista”, como declara a EL OBSERVADOR el
presidente del comité de empresa de la GMU, Antonio Serrano. La situación de
estos trabajadores es tan insostenible que cada uno de los 20 empleados del
servicio firmaron expresamente la carta. Pero Gutiérrez Istria se niega a
recibirlos. Casi 90 días después, los trabajadores todavía no han recibido
ninguna contestación, ni afirmativa ni negativa. “Es más que significativo que
la carta vaya firmada expresamente por todos los trabajadores del servicio”,
añade Serrano, que cree que la situación ha llegado a un punto que cree
necesario que en el exterior de la Gerencia se conozcan los problemas con los
que los empleados del Servicio de Licencia se enfrentan cada día, agravado por
el desinterés manifiesto de la dirección.
EL Servicio de Licencia es la parte de la Gerencia
que trata con el público (obras menores, obras mayores, pedir permisos,
informarse, denunciar infracciones, gestionar trámites...). Los trabajadores
aseguran que están desbordados y que este problema se arrastra ya desde hace,
por lo menos, un año sin que se le ponga una solución definitiva. “Queremos que
el Servicio de Licencia funcione, los trabajadores somos los primeros
interesados. No deseamos dar la imagen tan penosa que estamos ofreciendo al
público. El ciudadano de Málaga merece otro trato. Se han duplicado los tiempos
de espera del ciudadano en el Servicio de Licencia, y el comité de empresa de la
Gerencia se preocupa tanto por el trabajador como por el público al que se
atiende”, asegura Serrano, que explica que los empleados “quieren trasladarse de
departamento”.
EL presidente del comité de empresa (con
representación de UGT, CSIF y CCOO, éste último con mayoría) aclara que ha sido
decisión de CCOO el adoptar esta postura más inconformista con la intención de
mejorar la situación, “que es penosa y tercermundista. Predomina la
improvisación y la comunicación con la dirección y los responsables es nula.
Istria nunca quiere recibir a los trabajadores. Hay imprevisión, falta dotación
de material y de personal. La gestión de los responsables de la GMU es nefasta”,
repite una vez más.
LA GMU adoptó un sistema de calidad hace seis
meses para mejorar la atención al público, “pero el programa ha resultado ser
sólo de fachada, para tener el sello Aenor, pero para nada más”. El comité de
empresa pide que se contrate más personal y se busque una solución definitiva al
problema. “Hemos avisado ya al jefe de Régimen Interior que si no se resuelve en
breve el problema denunciaremos lo que se está haciendo ante la Inspección de
Trabajo, porque se está cometiendo un claro fraude de ley, pues se contrata
continuamente a personal mediante la fórmula de acumulación de tareas (prevista
para solucionar cuestiones eventuales), pero en realidad se utiliza para cubrir
trabajo estructural, y mientras no se sacan a concurso las plazas necesarias
para que el servicio funcione correctamente”.
LA impotencia de los trabajadores es mayúscula,
pues cuando se le pregunta a su máximo representante sobre las posibles
soluciones las respuestas son que el comité está atado de pies y manos.
“Intentamos aportar modestamente lo que creemos que se puede mejorar en la
empresa. Pero el gerente nos ha repetido siempre que en cuestiones de
organización no tenemos competencias y que mejor que ni opinemos, que es un tema
exclusivo del alcalde, del concejal y del gerente”, concluye Serrano.